Una década de guerra en Siria

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 En marzo de 2011, comenzó en Siria un conflicto que ha obligado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares. La situación en este país es crítica, representando una de las crisis humanitarias más importantes de nuestro tiempo. La interrupción de los servicios básicos, la gravedad y complejidad de las necesidades o la destrucción de infraestructuras como colegios y hospitales impiden dar ayuda humanitaria a más de 13 millones de personas sirias que la necesitan. De esta cifra, más de 8,5 millones son niños. Su vulnerabilidad se ha visto aún más agravada por el impacto de la pandemia por COVID-19.  







Antes de comenzar el conflicto, muchos sirios desaprobaban el gobierno del presidente Bashar al Asad debido a los altos niveles de corrupción y represión. En marzo de 2011, un grupo de adolescentes fueron detenidos y torturados por una pintada en la ciudad de Deraa (Siria). Ante esto, se generaron protestas prodemocráticas, inspiradas por la Primavera Árabe, las manifestaciones populares que comenzaron en 2011 en Túnez, Libia y Egipto. Dichas protestas clamaban por democracia y derechos sociales de la población árabe. Lo que comenzó como una protesta pacífica pasó a ser un enfrentamiento entre los partidarios del presidente sirio y los opositores. A finales de 2011, la ONU estimaba que ya habían muerto 4.000 personas y calificaba el conflicto de guerra civil. 





Siria.
Fotografía: María Loria





Las más grandes se produjeron en Damasco y Alepo el día 15 de marzo, la fecha en la que se conmemora el inicio del conflicto en Siria, y se extendieron por varios días y por diferentes partes del país. Era el inicio del conflicto en Siria que dura hasta nuestros días.




Una década de bombas y ataques que deja trauma, sufrimiento, miles de muertos y uno de los mayores éxodos de la historia reciente.







Noelia Barrera Crespo




Licenciada en Trabajo Social



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