23F. El intento golpista que puso en riesgo la recién firmada Constitución

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El 23 de febrero de 1981 es una fecha que marcó un antes y un después en la historia de nuestro país. El intento golpista al mando del teniente coronel Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados, puso en riesgo la recién firmada Constitución y la democracia del país. 


5 años después de la muerte de Franco (1975), se produjo este intento de golpe de Estado, que vino motivado por una serie de factores: Adolfo Suárez llevó a cabo una serie de reformas que permitieron el paso de la dictadura a un sistema democrático. La legalización del Partido Comunista en 1977, la convocatoria de las primeras elecciones democráticas o la aprobación de la Constitución de 1978 entre otras, causaron malestar entre los seguidores del franquismo. Esta transición (dictadura-democracia) se caracterizó por una intensa actividad sanguinaria de la banda terrorista ETA. La escalada comenzó en 1978 con 65 asesinatos; en 1979 cometió 86, y en 1980 tocó techo con 93 crímenes. 


Tras las reformas mencionadas anteriormente, junto con la crisis económica, el creciente malestar social y la fuerte presión de las élites, Adolfo Suarez dimite en enero de 1980. Fue precisamente durante el nombramiento de su sucesor, Leopoldo Calvo Sotelo, cuando tuvo lugar la intentona golpista: A las 18:23 horas del 23 de febrero de 1981 un grupo de 200 guardias civiles armados irrumpieron en el Congreso de los Diputados encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero. Este, fue el cabecilla del asalto al Congreso y dejó para la historia su simbólica imagen pistola en mano en la tribuna con el grito: "¡Quieto todo el mundo!".


Tras un forcejeo del vicepresidente del Gobierno y teniente general, Manuel Gutiérrez Mellado con varios guardias civiles, Tejero efectuó un disparo al aire que fue seguido por varias ráfagas de subfusiles por parte de los asaltantes. 


Poco después de que Tejero asaltara el Congreso, Jaime Milans del Bosch decretó el estado de excepción en Valencia y desplegó carros de combate, camiones, cañones antiaéreos y tropas de infantería en la ciudad, que quedó bajo control militar. Pese a retirar las tropas tras el mensaje del Rey por televisión, mantuvo el estado de excepción hasta altas horas de la madrugada. 


Tejero aún resistiría unas cuantas horas en el Congreso, hasta que a las 9.00 horas firmó las condiciones de su rendición. El intento de golpe de Estado había durado 18 horas.


El Tribunal Supremo condenó a 30 años de cárcel a Tejero por el delito de rebelión militar con el agravante de reincidencia, de los cuales Tejero, 15 años y 9 meses entre rejas.


Es importante recordar días como hoy, es importante recordar para que la historia no se repita



Noelia Barrera Crespo



Graduada en Trabajo Social


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